Composiciones del Barroco.
Música
vocal e instrumental de la Catedral de Girona de los alrededores de 1700.
La Capilla
de Música de la Catedral, constituida ya en el s. XIII, es una
de las instituciones primordiales en la vida de la Girona barroca. Constituida
por doce clérigos y cuatro monaguillos, provenientes en su mayoría
de las comarcas gerundenses, estaba dirigida por el maestro de capilla,
profesional de gran categoría, encargado de dirigirla y de componer
nuevas piezas para las ceremonias, tanto de la catedral como de otros
conventos de la ciudad. El cargo disponía de un presupuesto notable
y de unos estatutos que regulaban sus actividades con bastante detalle.
El archivo de esta Capilla, una de las importantes del país, conserva
una colección de cerca de un millar de partituras del siglo XVII
y XVIII, donde se puede ver la fuerza de la música religiosa, ya
sea como elemento difusor del mensaje eclesiástico ya sea como
herramienta de prestigio social dentro de una Girona que multiplica el
número de sus habitantes y amplía su espectro social. Esta
era la única música de calidad que podía oírse
en la ciudad regularmente.
Siguiendo estrictamente las directrices del Concilio de Trento, el canto
de esta capilla tenía dos ámbitos principales: el canto
gregoriano para las celebraciones litúrgicas y la composición
libre en el ámbito paralitúrgico, destinada a actos religiosos
de carácter más popular, donde se integraban las diversas
voces de la polifonía con los sonidos de una amplia variedad de
instrumentos, bajo los preceptos estilísticos del llamado barroco
hispánico. El villancico era una de las formas musicales más
recurrentes, al ser una pieza ligera con gran preponderancia de la línea
melódica y con un aire a menudo cercano a la danza que reflejaba
un cierto ruralismo idílico. Escrita para uno o más grupos
de voces, a menudo se presenta con un acompañamiento instrumental
de ritmo generalmente ternario y con unos textos, en lengua castellana,
muy cultos y de una retórica cargada de simbolismo aleccionador.
Josep Gaz (1656-1713) activo en Girona entre 1690 i1711 destaca entre
los compositores de finales del barroco en Cataluña. Nacido en
Martorell y enterrado en el claustro de la catedral gerundense, su catálogo
de villancicos en el archivo capitular es de notable calidad. "(H)oy
que cultos le dedican" es uno de los villancicos que deberían
ser más interpretados a juzgar por las copias conservadas. Dedicado
a San Narciso, patrón de la ciudad, conlleva tres coros vocales
y otro instrumental. El texto compara el blanco de la flor con la pureza
del santo. Dedicado al mismo santo y con argumentación floral similar
conservamos el villancico "Jazmines y Azucenas", guardado actualmente
junto a otros del mismo Gaz en la Biblioteca de Cataluña de Barcelona.
Del villancico anónimo "Aire, agua, cielo y tierra",
de principios del siglo XVIII, sólo nos ha llegado el estribillo
o vuelta, que hace jugar los símbolos de los cuatro elementos de
la creación con la dualidad cielo-tierra de la Eucaristía
Manuel Gónima (1710-1792), nacido en Lleida y activo en Girona
entre 1735 i1774, fue el compositor de transición entre el barroco
y el clasicismo. De sus 71 obras conservadas en el archivo capitular destaca
su motete "Laetentur caeli", donde muestra el estilo galante
proveniente de las nuevas corrientes italianos, menos estridentes y con
una armonía más suave.
"Dé al ayre su dulce voz" y "Amor sí, placer
no", son dos solos para tiple, posiblemente dirigidos a los monaguillos
de la capilla, donde se compara el amor terrenal con el celestial.
Los minuetos (AMCG XII 240) escritos para teclado, son de autor desconocido
siendo aptas como piezas circunstanciales o bien como estudios para clavicémbalo,
arpa o laúd en la práctica docente de los instrumentistas
de la capilla. De los instrumentos de cuerda pulsada tenemos constancia
escrita, así como también de algunos de los músicos
que los tocaban: Antonio Milans, arpista y maestro de capilla en la sede
entre 1719 y 1733, o bien Josep Anglada, laudista y violinista de la capilla
hacia al 1730 y natural de Cassà de la Selva.
La pieza "Ball del Prícep" (Baile del Príncipe)
(AMCG A238) pertenece a una colección de danzas que posiblemente
llegó en el archivo a través de los ministriles contratados
ocasionalmente.
Albert Bosch y Jaume
Pinyol
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