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Missa de Sant Narcís La
devoción a san Narciso culminó en la ciudad de Girona el 1792 con la
consagración de su nueva capilla situada dentro de la basílica de san
Félix. Dicha devoción tenía una larga historia tras sí, iniciada cerca
del año 1000. Antes de dicha época los gerundenses veneraban san Félix,
soldado romano martirizado en el s. IV en el lugar donde hoy se alza su
basílica. El crecimiento de la ciudad durante los siglos X y XI la
convirtieron en la capital de la Catalunya Vella. La primitiva
catedral, que estaba dedicada a san Félix y estaba situada extramuros,
fue trasladada a un nuevo edificio románico construido dentro de la
muralla, en el lugar donde los romanos habían edificado un templo. Este
impulso constructivo fue uno de los resultados del oro traído por los
mercenarios gerundenses, que fueron a luchar con los bereberes en
Córdoba contra los árabes, con su obispo al frente de todos. La nueva
catedral y el nuevo convento de san Daniel fueron centros de difusión
de la nueva liturgia romana y de la mentalidad que la acompañaba,
novedades que suplantaron la liturgia y mentalidad mozárabes
tradicionales, condicionadas por la conquista árabe de la península. La
creciente importancia de la ciudad culminó con la celebración de dos
concilios regionales celebrados en la nueva catedral el 1066 y el 1078:
Roma escogió Girona para su celebración, dejando de lado Narbona y
Barcelona. La progresiva instalación del feudalismo acompañó estos
intensos cambios sociales. Kyrie 1 (Introducción instrumental).
Esta amplia introducción instrumental en re mayor es propia de la
escuela vienesa. En ella los diferentes instrumentos dialogan entre si:
las trompas con su potencia sonora, inician el movimiento seguidas por
los violines con una melodía más lírica y menos intensa, melodía
contestada por las trompas y los oboes. Este esquema se repite con
distintas variantes: fragmentos cortos en los que actúan todos los
instrumentos o bien otros donde violines y oboes actúan solos. 2 Kyrie eleison.
Es un movimiento lento, suplicante, en el cual las diferentes voces
crean como disonancias que insinúan una plegaria rogatoria. Hacia la
mitad del movimiento el ritmo se vuelve más rápido, volviendo luego al
tono más suplicante, junto con el resto de las voces. La parte final no
queda resuelta, artificio musical que prepara el siguiente movimiento. 3 Christe eleison.
Movimiento más alegre y dinámico que el anterior. El tema viene
introducido por el bajo solista al cual se añaden sucesivamente el
resto de voces para acabar luego en un pasaje fugado con soporte
orquestal de fuerte intensidad sonora. Después, un corto diálogo entre
instrumentos y solistas vocales de aire lírico desemboca en la
repetición del pasaje fugado. 4 Kyrie eleison.
Continúa con idéntica melodía que el apartado anterior, con un diálogo
entre instrumentos y solistas a coro primero y luego individualmente
con un intenso acorde de voces e instrumentos, al que sigue un solo
instrumental que retorna a la deprecación del primer Kyrie. Gloria 5 Gloria in excelsis Deo. Sin el inicio gregoriano usual, comienza con un lucido y corto dúo de sopranos. 6 Et in terra pax hominibus.
Es uno de los movimientos principales de la composición y que
seguramente debe relacionarse con la presencia en la ciudad de unos 150
clérigos franceses que huían de las violencias de la revolución. Al
solo de bajo inicial le responden las dos sopranos y luego el tutti,
siguiéndole los instrumentos, los cuales alternan cortos solos para
resaltar las palabras bonae voluntatis y también et in terra pax
hominibus, repetidas insistentemente de distintas maneras. Es clara la
relación de estos pasajes resaltados con la revolución francesa. 7 Laudamus te. Los instrumentos introducen un solo de lucimiento para soprano, seguido de diversos solos –igualmente lucidos– en las otras voces solistas para continuar luego el diálogo de dichas voces de forma muy virtuosa: cada una de ellas repite diversas veces el texto litúrgico, ya en forma de solo, ya superponiéndolo como en una trenza vocal. El gratias agimus tibi tiene un primer pasaje donde el coro dialoga con los solistas siguiendo el ritmo anterior, pasaje que se repite dos veces. En una segunda parte el ritmo se acelera y un corto dúo vocal introduce el conjunto de las voces resaltando el texto propter magnam gloriam tuam. Instrumentos y voces dialogan con el mismo texto y con la misma melodía de forma muy virtuosa. 8 Domine Deus, rex coelestis.
(Quinteto). Arranca con una introducción instrumental en que los
violines exponen el tema dialogando con oboes y trompas. Los solistas
vocales retoman la misma melodía añadiéndole colores y matices propios
para enriquecer el texto litúrgico. Luego de su actuación cada voz
presenta otra vez el texto, ahora en una docta mezcla que recuerda las
del barroco central. La elaboración de esta parte es otra muestra de la
habilidad de Pons. 9 Qui tollis.
Los instrumentos empiezan con una melodía lenta de tipo penitencial,
que la soprano retoma con el texto miserere nobis. Se trata de una
melodía y plegaria de tipo suplicante, respondidas primero por los
instrumentos y luego per las otras voces de manera deprecativa,
alternando solos vocales con tutti, pidiendo todos ellos misericordia
con el soporte rítmico de los instrumentos. La plegaria de la soprano
en el suscipe sigue el mismo esquema, donde el ritmo insistente de los
instrumentos insinúa un terror notable. 10 Qui sedes ad dexteram Patris.
La melodía de este vigoroso solo de bajo contrapone la majestad divina
a la petición de misericordia, contraposición repetida diversas veces
con distintos acompañamientos instrumentales. 11 Quoniam tu solus.
Mientras que el apartado anterior actuaba un solo vocal, en el presente
es un dúo, diálogo inicial entre el viento y la cuerda, diálogo seguido
por un solo de soprano que repite la melodía de los violines, la cual
es a su vez contestada por el tenor con idéntico texto pero con una
melodía algo distinta. El fragmento tu solus dominus tiene unas
vocalizaciones preciosistas que dibujan los atributos de santo y señor
altísimo proclamados por el texto latino. 12 Cum Sancto Spiritu.
Es el movimiento más notable de toda la obra. Los solistas lo comienzan
a coro, lentamente, y les responde el tutti, formando una melodía
untuosa repetida por las diferentes voces solistas. Expuesto el tema,
sigue un fuerte contraste rítmico con un movimiento fugado en el que
participan todos: solistas y tutti con los instrumentistas. El
fragmento fugado desemboca en unas disonancias vocales que introducen
un nuevo fragmento, igualmente fugado, con el amen final en el cual los
solistas cantan cum sancto spiritu y las voces del tutti contestan
amen, hasta llegar a un breve intervalo instrumental después del cual
retorna el movimiento fugado. Dicho amen final se repite íntegramente
al final del movimiento. El esplendor de este fragmento induce a pensar
en un final de composición, no en un punto y seguido. Sanctus 13 Sanctus.
Aquí se entra en un mundo musical muy distinto del anterior: la
extensión del movimiento es sensiblemente más corta y su ritmo distinto
del hosanna posterior. El movimiento arranca con un breve dúo de tiples
seguido de las voces del tutti que remarcan la potencia del Deus
Sabaot, Dios de los ejércitos celestiales. El mismo esquema vocal se
repite en el hosanna. Agnus Dei 15 Agnus Dei.
En este último movimiento se solapan el versículo primer del texto
litúrgico con el principio del segundo. Arranca con un corto dúo de
sopranos seguido por las voces del tutti utilizando una melodía
suplicante, al final de la cual se añade el inicio del versículo
segundo, más lento y más expresivo, con notables disonancias vocales.
En el versículo tercero el ritmo cambia radicalmente volviéndose muy
alegre, y en él solistas, tutti e instrumentos dialogan sobre las
palabras dona nobis pacem, repitiéndolas varias veces. |
Información técnica del CD
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Sitio web: Jesús del Oso
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